Mi fascinación por los arboles viene de lejos, quizá sea nostalgia anidada en mis recuerdos, de juegos y paseos por el bosque, no lo sé, lo único que sí sé es que me dan vida, respiro, aliento y seguridad, son misteriosos en sus formas, libres cuando les dejan y cuando no también. Y nunca me canso de mirarlos , de perderme en sus ramas, ni de fotografiarlos.
Fotografías tomadas en el Jardín Botánico de Madrid en un muy caluroso día de verano.